1 Organizarme mentalmente para el día siguiente.
Esto implica estar bien atenta a las notas de grabación, personas, platos que debo realizar y también estar clara de todo el equipo que debe llegar en producción antes de grabar. Hago un recuento de todo y anoto los pendientes menores.
2 Darme un baño largo, de unos 45 minutos.
Uso dos kilos de sal gorda. Sí, sal común. Dos kilos de sal para una bañera completa. Sal de gruesa es la mejor, barata y sirve perfecta para mi propósito de desintoxicación y relajación a un precio de risa. Para aromatizarlo y darle dulzor al ambiente le añado unas gotas de mi gel habitual y le pongo un poco de miel o azúcar, unas hojas de laurel, y unas bolas de pimienta negra. Hidrato bien mi piel por dentro. Bebo el día anterior un par de litros de agua desde el inicio de la tarde hasta el tiempo del baño y así me garantizo estar bien hidratada también por dentro. Me doy un auténtico baño de crema hidratante sobre el cuerpo. Uso cremas sencillas pero muy humectantes.
3 Dormir al menos 8 horas.
Acostarme temprano para poder dormir las horas necesarias para estar bien tanto física como mentalmente. Yo necesito como mínimo 8 horas para sentir que puedo despertar bien energética. Esto depende de cada persona. Escucha a tu cuerpo.
Para ello, el día anterior he repasado mi lista y cuando ya la tengo comprobada y está todo visto, me preparo mentalmente para el descanso profundo.
4 Despertarme temprano, y con tiempo suficiente para habituarme y tomarme un tiempo para mi y mi aseo y desayuno largo. Al menos una hora y media. Me incorporo despacio a lo que será un día intenso. Hago un desayuno relajado. Me tomo unos minutos para repasar notas. Procuro desayunar cosas que me gustan, pero en pocas cantidades y sobre todo fruta o jugos. Muchos líquidos.
5 Meditar tumbada durante cinco minutos.
Me ducho y dejo cubierto el cabello con una toalla caliente después de la ducha mientras extiendo mi crema corporal. Me recuesto unos minutos. Estos minutos son fundamentales. Penetra la crema, se hidrata bien el cabello, y mientras pongo sobre mis párpados unos algodones empapados en te verde para descongestionarlos mejor. Durante esos minutos hago un tiempo pequeño de meditación y en ocasiones termino durmiendo unos instantes. Por último, procuro comer medio aguacate antes de las grabaciones para suavizar la garganta. Una compañera catedrática, durante mis años de profesora me contó este pequeño secreto que me ha ayudado muchísimo a lo largo de los años cuando tengo que hablar mucho.