Arroz con leche al estilo asturiano
Cuando hago este arroz, no puedo olvidarme de mi tía Petri. Ella era la encargada de hacernos por petición unánime, el arroz con leche y su fabada asturiana. Estaba casada con un asturiano de origen y estos platos que aprendió de su suegra, la llevaron a la fama entre los niños de la familia.
No había mejor guerra entre ella y mi madre, en cuanto a quién elaboraba mejor este plato.
Lo divertido era que durante años, ella nos repetía que sólo usaba leche, arroz, canela, azúcar, limón y paciencia.
El caso es que hace unos años, volviendo a España de viaje, mi tía Petri me invitó a comer, los platos que sabía me fascinaban: la fabada y de postre el arroz con leche. Estando yo en la cocina con ella, y sin que supiera, me puse a ayudarle cuando vi que estaba preparando el arroz. Fui al fuego para ayudarle a removerlo durante la conversación que manteníamos mientras ella vigilaba otros platos. Al acercarme vi las dos latitas vacías de leche condensada. Aún recuerdo su cara de sorpresa cuando levanté extrañada las latas y con cara de pregunta, le insinuaba que estaba haciendo trampa. A lo que ella muy divertidamente, me confesó que nunca le había dicho este secreto a mi madre. No pude evitar reírme y entender que ella era más lista y no contaba todos los ingredientes para seguir con su sempiterno galardón del mejor arroz con leche de la familia.
Sigo riendo con esto porque cuando se lo contaba a mi madre, hasta le llamó para decirle que eso no se hacía. Que habían pasado más de 50 años de secreto entre amigas de infancia y nunca antes se lo había contado. Las risas de complicidad entre ellas aún las recuerdo.
La verdad, que me conmueve, saber que mi tía lo guardaba hasta que yo se lo descubrí. Es algo que no olvidaré, por todas las batallas orgullosas que entre ellas siempre hubo entre la autoría del mejor arroz.
En honor a mi madre he de contaros que el de mi tía es espectacular, pero el de mi madre es mucho mejor.
Si tienes paciencia, y quieres permanecer 4 horas dando vueltas hasta conseguirlo, haz la receta que mi tía decía hacer, y que mi madre sí hacía siempre. Si no, aquí va el secreto mejor guardado de la asturiana de corazón que es mi tía, y que está fabulosa y te robará la mitad de tiempo.
Adelante, y cuando tengas tiempo, te invito a que hagas la otra. La de Guadalupe. Eso sí, prepara mucha paciencia y buen libro cerca para no desesperarte cuando la cocines.
Comensales: 4 a 6 personas
Tiempo: 1 hora
Dificultad: media
Ingredientes:
3 puñados de arroz bomba. Redondo.
1 raja de canela, rama.
2 latas de leche condensada
1 litro de leche
1/2 taza de azúcar
1 ralladura de limón
1 corteza de limón.
Canela en polvo.
Preparación:
Poner a hervir la leche con la raja de canela, o rama de canela, el azúcar y la corteza de medio limón y las dos latitas de leche condensada.
Cuando empiece a hervir, poner los 3 puñados de arroz.
Bajar el fuego y remover sin parar, para evitar que se pegue la leche. Mucho cuidado en este proceso. Lo más importante de hacer este arroz con leche es que debes dejarlo que se vaya haciendo despacio.
Pasados los primeros 10 minutos, apartar y apagar el fuego y tapar. Deja reposar el arroz otros 10 minutos.
Repite este proceso 3 veces. Prueba el arroz, y verás que se va ablandando poco a poco.
Deja reposar por otros 15 minutos y si todavía no está el arroz con cuerpo muy blando, debes ponerlo en el fuego hasta que se ablande completamente y engorde al menos 3 veces su tamaño original. El arroz con leche debe estar cremoso, esponjoso y con caldo denso, por tanto la leche se ha debido ir reduciendo hasta formar una crema algo espesa con el arroz. Al enfriar se solidificará más. En esta fase, lo importante es que cuides muy bien que no se pegue en la olla y que el cuerpo del arroz sea tan blando que lo veas transparente y que haya aumentado bastante. Este es el arroz al estilo español. El caldo del arroz se ha espesado y se le ha ido formando una nata sobre el preparado, que va tornando de color más dorado por el efecto del azúcar de la leche condensada y a canela en rama. Queda con un blanco color hueso. A veces algo más canela. No importa, este es el aspecto que debe tener.
Cuando esté con esta consistencia, y cerciorándote de que el arroz está bien blandito, debes sacar la rajita de canela, y la corteza de limón. Mantener a parte para usar en la decoración final.
Ponlo en una fuente que no sea muy profunda, y deja que se enfríe poco a poco hasta meterlo en la refrigeradora. Cuando esté bien frio, decora con canela en polvo la ramita de canela y la corteza de limón.
Es un plato delicioso, que hará las delicias de todos en la casa. En Asturias lo decoran con azúcar quemada por encima. Para ello, una vez bien frío y firme la capa superior, dejas caer azúcar en buena cantidad sobre el arroz y con la ayuda de un quemador de metal, vas quemando el azúcar por encima. También puedes usar un soplete. Pero recuerda que la fuente en la que lo coloques debe ser refractaria.
Disfruta del verdadero arroz con leche de mi casa y sobre todo, cuida no comer mucho, porque engordarás sin remedio, pero serás feliz.