La Rioja, tiene una enorme tradición culinaria y vitícola que le ha hecho famosa en el mundo entero. Los vinos de denominación de origen, Riojas, que todos degustamos con placer, son fruto de cientos de años de tradición de una tierra fuerte y productores de manos cuidadosas en su elaboración.
Pero quizá no conozcan tanto de sus ricos platos y su tradición de mesa. La Rioja está compuesta por un grupo de valles y montañas bañados por el río Ebro y enmarcada por montañas majestuosas del sistema Ibérico. La Rioja, con sus 174 municipios es una región preciosa y llena de riquezas naturales que la proveen de una extensa agricultura y ganadería.
El plato que hoy les traigo es uno de los más famosos de su tradición y muy extendido en toda España: patatas a la Riojana. Una base de patatas y chorizo que harán las delicias de todos cuando lo preparen en casa.
Ingredientes:
8 patatas medianas
1/cebolla o 2 cebolletas
3 o 4 chorizos medianos, muy rojos de pimentón.
½ pimiento verde
½ pimiento rojo
4 o 5 dientes de ajo.
Aceite
Sal al gusto.
Una guindilla cayena
Una hoja de laurel
Una ramita de perejil, (al gusto)
Dificultad:
Media
Tiempo:
45 minutos a 1 hora
Comensales:
4 personas
Preparación:
En olla de barro es mucho mejor que en una convencional, pero tarda más en iniciar el fuego, aunque os aconsejo que si no tenéis, penséis en ir comprando una que será siempre de gran utilidad.
En la olla, se ponen la cebolla y el pimiento verde cortados en juliana, y los ajos fileteados sobre una buena y generosa base de aceite de oliva.
A fuego medio, se dejan hasta que la cebolla se pone transparente. Cuidar mucho de que no se quemen los ajos ni se tueste la cebolla.
Se añade entonces el chorizo cortado en lonchas gorditas para que saque su jugo y de un tamaño adecuado para la cuchara.
Cuando el chorizo ha empezado a soltar un poco su jugo se introducen las patatas cortadas en trozos chascando la patata para que suelte el almidón mejor y penetren los sabores en la patata.
Se dan una vueltas al preparado confitando un ratito, por unos 3 o 4 minutos todo el plato.
Después se añade una medida de agua que cubra las patatas hasta algo más de la mitad de todo el preparado.
En ese momento añadiremos la guindilla cayena, la sal y la hoja de laurel.
Dejamos lentamente que se hagan las patatas y listo.
Este preparado adquiere mejor sabor cuando lo dejas reposar por horas. Es un buen plato para que prepares en la mañana y poder almorzar después de calentarlo un poco. Si lo comes al día siguiente, estará en la gloria.
Espero que os guste y que vuestros amigos o familiares lo disfruten tanto como nosotros cuando lo preparamos en casa.
Truco:
Para sellar bien una olla de barro que nunca has usado sigue estos pasos sencillos:
Ponla en el fuego medio llena de agua y agrégale un chorrito de vinagre y sal.
Cuando lleve aproximadamente una hora en el fuego, sube la temperatura y deja que siga cociendo por un par de horas más. Si se consume el agua, sigue añadiendo hasta que pase este tiempo.
Deja que enfríe poco a poco la olla para evitar que se quiebre.
Cuando ya hayas terminado, la olla habrá soltado bastante su olor y no tendrás problemas con contaminación de sabores en los primeros platos de su uso.